El libro de desarrollo humano del autor Juan Deval,
como su nombre lo indica es una obra que nos habla sobre el fenómeno del
desarrollo humano, este libro nos da a entender que el desarrollo es un proceso
constructivo en el que el ser humano participa muy activamente, esta obra
intenta describir como el niño se hace hombre, como el recién nacido se
convierte en ser humano.
En el apartado que lleva por nombre el estudio del
desarrollo humano nos dice que el ser humano por naturaleza lleva un instinto
animal y que es este medio el hombre va produciendo su cultura, acumulando sus
conocimientos y va juntando las experiencias de sus antepasados por lo que se
dice que el hombre tiene la capacidad de adaptarse y construir su inteligencia.
Para que pueda ocurrir todo esto es indispensable que
el ser humano cuente con un medio social para tener lograr un buen desarrollo
ya que para poder sobrevivir necesita que otros le presten una atención
continua durante muchos años.
El comportamiento del hombre y las acciones siempre
están medidas por la cultura por lo que la actividad que realice el hombre es
siempre es un conjunto relacionado entre su naturaleza y su cultura, la cual
ellos mismos han creado.
Los seres humanos siempre han criado a sus
descendientes de una forma eficaz para que estos puedan sobrevivir, pero sin embargo
estas formas han cambiado. Así mismo la noción de la infancia, las actitudes
hacia los niños y el cuidado que les otorgamos no siempre han sido como en la
actualidad ya que estos se han modificado con los años.
Por lo que existe una historia sobre la infancia en
donde se dice que en las épocas antiguas se dice que los niños morían con mucha
facilidad y que pocos llegaban a ser adultos.
En ese tiempo algunas creencias religiosas
consideraban que la infancia era una etapa religiosa, ya que habíamos nacido
con el pecado original y solo mediante nuestras obras podíamos librarnos
completamente de él. El abate Berulle, fundador de una orden religiosa, la
congregación del Oratorio, afirmaba en el siglo XVII que la infancia es el
estado más vil, y más abyecto del hombre después del de la muerte y por ello el
objetivo era sacar a los humanos de ese estado tan pronto como sea posible.
El historiador Frances Philippe Aries (1960) declara
que la noción que tenemos en la actualidad sobre la infancia es reciente y no
remonta a más allá del siglo XVII o XVIII. Menciona que el desarrollo dentro de
los estudios históricos de lo que se ha denominado la historia de las
mentalidades ha llevado a centrarse a los problemas tales como la consideración
del niño a lo largo de la historia, la evolución de la practicas de crianza,
las relaciones entre padres e hijos, la historia de la familia, de la vida
cotidiana o de la concepción de la muerte.
El libro de Philippe Aries El niño y la vida familiar
en el antiguo régimen que se publicó en 1960 examina el papel el papel del niño
y la familia hasta el siglo XVII y sostiene que en la sociedad medieval no
existía el sentimiento de la infancia tal y como hoy lo conocemos. Los niños
eran abundantes y pocos llegaban a la edad adulta.
La educación de los niños era diferente y se
relacionaba a sus clases sociales. En la clase alta los niños tenían poco
contacto con sus padres ya que ellos solían vivir con amas y criados que se
ocupaban de él y las relaciones afectivas eran muy escasas. Por otro lado los
de clase baja convivían estrechamente con los adultos y su contacto con sus
padres. En cuanto a la formación los de clase baja los hijos salían de la
vivienda y se iban a vivir con otra familia en donde trabajaban como aprendiz,
mientas que los de clase alta eran puesto bajo educadores que se ocupaban de su
formación. Las escuelas apenas existían y estaban reservadas solo a unos pocos
y se establecían por nivel de conocimiento sin importar la edad.
Para poder realizar su tesis Aries se basó en
documentos y en representaciones de los niños en pinturas y esculturas.
La familia era distinta a la actual y su función
fundamental era económica: La conservación de bienes y el ejercicio en común de
un oficio. Los sentimientos entre los esposos y entre los padres y los hijos
podrían producirse pero no eran necesarios para la existencia ni para el
equilibro de la familia (Aries 1960)
Esta situación va cambiando lentamente y hasta el
siglo XVII empieza existir ese sentimiento de infancia. Ya en el Renacimiento
diversos autores se ocupan del problema de la educación de los niños.
La escolarización obligatoria para todos se produce en
el siglo XIX lo cual va cambiar mucho el papel de los niños y los progresos de
la medicina van a aumentar enormemente las posibilidades de supervivencia de
los recién nacidos.
En los autores griegos y latinos aparecen algunas
observaciones dispersas del desarrollo de los niños relacionados con la
educación.
Uno de ellos es Aristóteles que se ocupa de los
problemas educativos y establece distintos periodos en los que se origina este.
De igual forma en un apartado se habla que en el siglo
XVII Jan Arnos un gran educador de esa época defiende la idea de que la escuela
debe funcionar entorno a la edad del que aprende y establece cuatro tipos de
escuela según los cuatro periodos de crecimiento que se conocían es esa época
de igual forma defendía que la enseñanza debe comenzar a partir de los sentidos
y por ello no aceptaba la educación verbalista.
Mientras tanto el filósofo ingles Locke (1963-1974)
pensaba que el conocimiento comenzaba con los sentidos y que el hombre al nacer
era una pizarra en blanco el cual va escribiendo su propia historia en base a
su experiencia diaria.
Sin embargo el filósofo más sobresaliente de esa época
fue el filósofo ginebrino Jean Jacques Rousseau (1712-1778) por las ideas que
tenía sobre los niños y su educación.
Pero sin embargo en estos trabajos de educadores, aún
no había observaciones sistemáticas. Dichas observaciones empiezan a surgir a
finales del siglo XVII.
Un ejemplo de estas observaciones es la que realizo el
famoso pedagogo suizo Pestalozzi (1746- 1827) quien en 1774 realiza un diario
sobre el desarrollo y la educación de su hijo, pero este diario no es
publicado, sino hasta 1828. Así mismo fue el caso del pedagogo y literato
alemán Juan Pablo Richter (1763-1825) quien de igual forma realizo un diario
sobre el desarrollo de su hijo pero no fue publicado.
Estos intentos muestras como poco a poco empezó a
surgir el interés acerca del desarrollo infantil.
Pero un acontecimiento muy importante en la
constitución de la psicología evolutiva
surge con el trabajo realizado por el filósofo alemán Dietrich Tiedemman (1787)
quien estudia el desarrollo de su hijo desde el nacimiento hasta los dos a los
dos años y medio. En su trabajo señala cuidadosamente las edades a las que se
va refiriendo, proporciona numerosos datos sobre el desarrollo de los reflejos,
sobre la percepción, las relaciones sociales, los comienzos sobre la función
simbólica como el desarrollo del lenguaje, etc.
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